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Mostrando las entradas etiquetadas como Islandia

Fotografiar cetáceos: técnica, paciencia y suerte

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Desde siempre he sentido una atracción casi magnética por los grandes cetáceos. Hay algo ancestral en ellos, como si arrastrasen el espíritu primitivo de la Tierra en cada movimiento. De niño, me quedaba hipnotizado viendo los documentales del Comandante Cousteau: aquellas criaturas descomunales parecían fantasmas del océano, deslizándose en un mundo ajeno al nuestro. Ver saltar a una ballena —esa montaña viva que irrumpe en el aire por unos segundos— no es solo impresionante, es casi una revelación. Islandia: el rugido del hielo y la ballena La imagen de la ballena la fotografié en Islandia, en una excursión que zarpaba desde Húsavík, ese pueblito del norte islandés donde el frío te entra hasta los huesos, pero la promesa de ver un coloso marino lo justifica todo. Salimos en un navío de velas llamado Haikur  —sí, velas de verdad, como en las novelas de aventuras, pero con más Gore-Tex que romanticismo—. Húsavík es parada obligatoria para los amantes del “Whalewatching”... o, si ...

Localización fotográfica: DC3, Islandia.

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 Una de las localizaciones fotográficas más explotadas de Islandia, es el avión DC3 de la Marina estadounidense estrellado en una playa de arena negra. Un poco de historia. El Douglas DC-3, conocido como uno de los aviones más icónicos de la historia de la aviación, tuvo un destino que dejó una huella en las costas de Islandia. En la mañana del 24 de noviembre de 1973, este veterano de los cielos experimentó una serie de desafíos en una misión que cambiaría su estatus de transporte comercial a relicario histórico. El avión, perteneciente a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, volaba en una misión de rutina a través del frío y gélido paisaje del norte de Europa. Su trayecto lo llevó por el espacio aéreo de Islandia, donde las condiciones meteorológicas pueden ser erráticas, con niebla densa y vientos fuertes. En medio de una intensa tormenta, la tripulación enfrentó serias dificultades en la navegación y el mantenimiento del vuelo. A pesar de su experiencia y la sólida construcció...

Fotografiando a otros turistas

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  No hay nada como llegar a ese lugar con el que llevas fantaseando meses —ese que parecía sacado de un sueño, de una postal, de un documental de la BBC— y descubrir que el sueño incluye a miles de personas exactamente igual que tú: sudadas, frustradas y con el dedo temblando sobre el botón de la cámara, dispuestas a matar por una foto que ya han hecho millones… igualita. Porque claro, todos queremos la foto . Esa, la mítica, la icónica, la que demuestra que fuimos, vimos… y nos comimos una hora de empujones para tenerla. Y si de paso se cuela un selfie en el que fingimos espontaneidad con cara de "estoy viviendo mi mejor vida", mejor. A unque estés más pendiente del encuadre que del puto Machu Picchu que tienes enfrente En ese momento de iluminación turística, te enfrentas a tres opciones: Practicar el noble arte de la paciencia budista y esperar a que por un milagro divino nadie cruce tu encuadre. Sacar el trípode, el filtro de 10 pasos y hacer una exposición larga, co...

Fotografiando frailecillos en Làtrabjarg

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El frailecillo atlántico (Fratercula arctica) es de esas criaturas que parecen diseñadas para caer bien a primera vista. Pequeño, redondeado y con aire de payaso triste, se mueve con tanta confianza y torpeza adorable que uno no puede evitar sentir simpatía inmediata cuando se lo encuentra cara a cara. Para quienes visitan Islandia, observar a estos bichos en su hábitat natural es uno de los momentos estelares del viaje. Normalmente, entre abril y septiembre, la isla se llena de visitantes deseosos de verlos en plena época de cría. Con esa intención, durante nuestra vuelta a Islandia en junio de 2016, paramos en cada lugar señalado en las guías y blogs de viaje, siempre con el mismo resultado frustrante: ni rastro de frailecillos. Pero ya saben cómo funciona el destino, caprichoso y algo burlón, que decidió que no sería hasta alcanzar uno de los puntos más alejados e inaccesibles de Islandia cuando por fin tendríamos nuestra recompensa. Si uno mira con atención el mapa de Islandia, ver...

Hverir, fotografiando entre fumarolas

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 Hverir es una de esas zonas geotermales del norte islandés que parecen diseñadas expresamente para recordarnos lo frágiles y pequeños que somos frente a la fuerza brutal de la naturaleza. Un paisaje marciano, infernal si se quiere, que despliega sin pudor sus tonos ocres, rojos y amarillentos, mezclados con fumarolas silbantes, solfataras humeantes y charcos de lodo hirviente que borbotean como el caldo en una marmita del diablo. Un sitio extraordinario para pasear, desde luego, siempre y cuando uno sea capaz de soportar estoicamente el hedor a azufre que lo impregna todo. Ese olor intenso, penetrante, que se pega a la ropa y al alma con obstinación, recordando al visitante en cada inspiración que camina literalmente sobre las entrañas humeantes del planeta. Conviene, además, no distraerse demasiado: el suelo está delimitado por senderos muy claros, y no es por capricho. Salirse del camino implica jugar a la ruleta rusa con la suerte, arriesgarse a hundir un pie en barro hirviendo...

Material: Filtro Golden Blue de Singh Ray.

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Hubo un tiempo en que este filtro no salía de mi mochila. El Golden 'n Blue de Singh Ray era como ese amigo excéntrico que no siempre sabes cuándo invitar, pero que cuando acierta, lo cambia todo. Es un polarizador roscado que, al girarlo, convierte la luz polarizada en tonos dorados intensos o azules profundos, casi irreales. Puede transformar una charca en oro líquido o teñir un mar aburrido de tinta azul. Un filtro que, cuando lo clavas, te saca fotos que parecen sacadas de otro planeta. Y cuando no... bueno, satura como un borracho en una boda. Hay que saber domarlo. No es un filtro para perezosos: exige cabeza, técnica y edición. Hay que ajustar bien el balance de blancos en cámara (unos 5500 K suelen ir bien), y luego trabajar el RAW con mimo. Yo suelo bajarle saturación y ajustar los colores por separado. Si eres de los que disfrutan con Photoshop, puedes incluso fusionar dos tomas, una con el filtro y otra sin él, para aplicar los efectos solo donde te interese. Control qu...

El Sol de medianoche

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Junio, más allá del Círculo Polar Ártico. Por encima del Círculo Polar Ártico, en junio el sol se niega a esconderse. Las noches, si es que pueden llamarse así, son un eterno atardecer que se funde con el amanecer en una coreografía de cuatro horas de luz dorada. Una fantasía para cualquier fotógrafo de paisajes y un desajuste monumental para el cuerpo humano. En junio de 2016, mi pareja y yo alquilamos un coche y nos lanzamos a rodear Islandia durante 22 días. Sin prisas, con tienda de campaña, hornillo y la idea clara de que el lugar para dormir se decidiría cada día sobre la marcha. Uno de esos viajes que se te clavan dentro y te cuesta superar. El día que hice esta foto, conducíamos por el norte de la isla buscando dónde plantar la tienda. Se nos fue la tarde persiguiendo charranes árticos con la cámara: elegantes, agresivos y bastante más fotogénicos que simpáticos. Cuando decidimos que ya era hora de dormir, estábamos en medio de la nada. Literal. Alguna casa perdida, mucho silen...

FOTOGRAFI, un bonito rincón para amantes de la fotografía

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Si vais paseando por una de las calles principales de Reykjavik, en dirección a su famosa iglesia os encontrareis con una llamativa casita roja de madera y chapa adosada a un edificio más sólido.  Fotografi ,  es una sencilla pero coqueta tienda, en la que el propietario y autor de las fotografías vende sus propias imágenes en diferentes formatos, tamaños y soportes. Fachada principal, Reykjavik, junio 2016 Nikon D-810, 50 mm. f/1.8 Apertura f/5.6 Obturación 1/80s. ISO 360 El interior de la tienda, hace las veces de sala de exposiciones, pues las fotografías se muestran en sus paredes junto a una buena colección de cámaras antiguas. Mientras, en un gramófono suena música jazz, ya que a parte de cámaras también dispone de una buena colección de vinilos. Si coincidís en gustos como los míos, es un lugar donde uno se podría pasar horas escuchando buena música y charlando sobre fotografía mientras toquetea cámaras antiguas. No me digáis que no sería un bonito negocio, estás de chá...

Historia tras la foto: Niebla, Leifur Eiriksson y Hallgriskirkja

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  Aterrizamos en Keflavík a las tantas de la madrugada, con más ojeras que sentido común. Recogimos el coche de alquiler y, en un brillante ejemplo de “turismo low-cost extremo”, decidimos empezar a explorar sin dormir. Total, una noche de hotel menos —bendita miseria planificada. Después de horas deambulando por carreteras desiertas y paisajes que parecían sacados de otro planeta, llegamos al centro de Reikiavik, envueltos en una niebla espesa como el chocolate caliente. Era junio, y en estas latitudes el sol se empecina en no esconderse, como si Islandia no quisiera perderse detalle. Aparqué junto a Hallgrímskirkja, esa iglesia de hormigón que parece salida de una película futurista o de un sueño húmedo de un arquitecto brutalista. Su fachada principal, por cierto, no es un capricho estético al azar: está inspirada en las columnas basálticas que tapizan los acantilados de la playa de Reynisfjara, al sur del país. Naturaleza y arquitectura, en plan geología elevada a religión. ...

Dettifoss y cómo fotografiar el arcoíris

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 Cuenta una leyenda irlandesa que los leprechauns, duendecillos pelirrojos de muy malas pulgas, escondían ollas llenas de monedas de oro al final del arcoíris. Por lo que opino que Islandia debe ser el país más rico del mundo, ya que es uno de los que cuentan con más cascadas, y por lo tanto cada vez que luce el sol en cada una de ellas aparece un arcoíris. Dettifoss es una de las más impresionantes cascadas de Islandia. Con 44 m. de altura y 100 de anchura, no es ni la más alta ni la más ancha pero en cada segundo se precipita un caudal de 193 m cúbicos, creando una columna de rocío visible a 1 km. de distancia. Por lo tanto es la cascada con mayor volumen de Europa. Como se aprecia en esta imagen, los días soleados se forman espectaculares arcoíris, algunas veces dobles o supernumerarios. Arcoíris en Dettifoss, junio 2016 Nikon D-810, Sigma Art 24 mm. f/1.4 filtro polarizador, filtro ND 10 pasos Apertura f/11 Obturación 15s. ISO 64 Cómo hice esta foto Cuando llegamos a esta casca...