Sebastião Salgado: la mirada que abrazó al mundo

Sebastião Salgado ha muerto. Y con él, se apaga una de las miradas más lúcidas, comprometidas y poéticas que ha tenido la fotografía documental en el último siglo. Tenía 81 años y falleció en París, víctima de una leucemia derivada de la malaria que contrajo en 2010 durante una expedición en Indonesia. Nacido en Aimorés, Minas Gerais, Brasil, en 1944, Salgado no empezó su carrera con una cámara al cuello, sino con una calculadora en la mano: era economista. Pero la estadística se le quedó corta para explicar el mundo. Fue en África, mientras trabajaba para la Organización Internacional del Café, donde tomó sus primeras fotos con una Leica prestada por su esposa, Lélia Wanick. Ahí comenzó su viaje hacia la fotografía, no como arte, sino como testimonio. Su obra no fue un paseo turístico por la miseria ajena. Fue una inmersión brutal en las heridas abiertas del planeta: los garimpeiros de Serra Pelada, los refugiados del Sahel, los migrantes de "Éxodos", los trabajadores ...