La magia de la hora azul: ciudades, luces y contraste perfecto
¿Qué tienen en común estas imágenes de ciudades tan distintas y alejadas entre sí? Pues, como se puede intuir en las fotos, el momento del día en que fueron tomadas: nada más y nada menos que durante la hora azul.
Para quien no lo tenga del todo claro, la hora azul es ese breve intervalo —entre 20 y 30 minutos después de la puesta del sol, o justo antes de su salida— en el que el cielo adquiere un tono azul profundo y uniforme, sin llegar a ser completamente de noche.
Para mí, es el mejor momento para fotografiar escenas urbanas y monumentos iluminados con luz cálida. El contraste entre ese azul denso del cielo y los tonos anaranjados de las luces artificiales crea imágenes con un impacto visual tremendo. No hace falta más decoración: la atmósfera lo hace todo.
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Pagoda Shwedagon, enero 2019 Nikon D-810, Sigma Art 24 mm. f/1.4 Apertura f/5.6 Obturación 1/25 ISO 2000 |
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Puente Nuevo de Ronda, Ronda, España, abril 2025
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En escenas como esta que muestro del templo Wat Mahathat (Templo de la Gran Estupa), si además de no tener trípode quieres capturar personas en movimiento, toca tirar de recursos: subir el ISO sin miedo y usar velocidades de obturación rápidas para congelar la escena.
¿Y el ruido? Ya lo lidiarás en casa con el revelado. Los sensores actuales aguantan ISOs altos sorprendentemente bien, así que más vale una foto algo ruidosa que una imagen borrosa o directamente perdida.
Si te ha picado el gusanillo de la hora azul o tienes tus propios trucos y batallas al fotografiarla, déjalo en los comentarios: siempre es un placer charlar entre locos de la luz.