Historia tras la foto: Ascensión en solitario


Ascendía con calma, midiendo los pasos, respirando el frío aire del Valle de Arán mientras sentía sobre la espalda el peso del equipo fotográfico mientras subía hacia Cloth de Baretja, con la intención de captar el ocaso sobre las Maladetas. Al avanzar montaña arriba, el suave crujir de la nieve bajo las pieles de foca de mis esquís llenaba el silencio de aquella tarde invernal. Normalmente, por estos mismos senderos transitaba alerta, recordando aquel encuentro con un oso en el otoño de 2009 que aún resonaba en mi memoria, aunque esta vez, en pleno invierno, no había motivo para inquietudes.

Cuando coroné el collado, dispuesto a capturar con mi cámara aquella visión irrepetible, algo falló en el guion previsto. Una maraña de nubes avanzaba rápidamente, ocultando la cima y borrando de golpe mi soñada escena. Pero la frustración duró poco. Aquellas nubes, rasgadas por los últimos rayos solares, dibujaban texturas fascinantes, casi hipnóticas.

Coloqué la cámara en el trípode, encuadré ajustando la distancia hiperfocal, y deslicé en el objetivo un filtro degradado de tres pasos para acentuar el dramatismo del cielo. Ajusté el temporizador y avancé unos pasos, dejando que mi silueta añadiera escala y misterio a la escena. El obturador disparó justo cuando me situaba en el centro del encuadre, aceptando que a veces la belleza, como la vida misma, es cuestión de adaptarse a lo inesperado.



Ascensión en solitario, Valle de Arán, España, marzo 2015
Nikon D-810, Nikon 12-24 mm. f/4 DX
Focal 24mm. Apertura f/11 Obturación 1/80s. ISO 64

SOBRE EL PROCESADO

 Más tarde, ya en casa frente al ordenador, decidí procesar la imagen en blanco y negro. Quizás porque sentía que aquellos grises, austeros y profundos, reflejaban mejor el ánimo de aquella tarde: una mezcla de melancolía y asombro ante la certeza de que el auténtico color del recuerdo siempre es el blanco y negro. 


En este posado posterior, se puede apreciar cómo el azul desvaído de la escena restaba más que aportaba al resultado final.

UN DETALLE SOBRE EL EQUIPO

Aquellos días estaba estrenando mi primera cámara de sensor completo, por lo que no tenía ningún objetivo angular para ese formato, así que usé el 12-24 mm. DX, que es muy buen objetivo, pero colocado en una cámara de formato completo solo se puede aprovechar a partir de 18 mm. y aun así viñetea bastante.



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