TRAS LOS PASOS DE ROBERT KINCAID

  Cerca de Mandalay, en la ciudad de Amarapura se encuentra el puente de madera de teca más antiguo del mundo, U Bein con sus 1200 metros de longitud cruza a través del Lago Taungthaman para servir de conexión a los lugareños. Es un lugar muy concurrido no solo por los birmanos si no también por los viajeros ya que se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas del país. El puente en sí no es que sea muy espectacular arquitectónicamente hablando, obviando que mide más de un kilometro, en sí no es más que una pasarela de madera sobre un lago. Pero lo que sí son espectaculares son las puestas de sol sobre el agua. Normalmente el puente estará muy concurrido a esas horas por turistas por lo que lo ideal será fotografiar el entorno a la luz del atardecer, en 2017 tuve la oportunidad de estar por allí y aproveché la aparición de unos chicos sobre una barca para componer una bonita estampa sobre el lago con la pagoda  ပြည်လုံးစံ ဓါတ်ပေါင်းစုစေတီ al fondo. Atardecer en el Lag

Aquel mes de marzo estaba siendo especialmente lluvioso, lo que en el Valle de Arán en cotas altas se traduce en nieve. Así que el primer día que apareció el sol tras salir del trabajo cogí mi equipo fotográfico y mis esquís y salí dispuesto a fotografiar el atardecer desde el Cloth de Baretja.  Ascendía lentamente pero sin pausa absorto en mis pensamientos imaginando el gran atardecer que iba a encontrarme cuando llegase al collado, desde el que se tiene una vista espectacular del macizo de las Maladetas. Mientras progresaba por la pista forestal rodeado de abetos, y tan solo acompañado por el sonido hipnótico de las pieles de foca deslizándose rítmicamente sobre la nieve, un estado de felicidad plena me llenaba de energía. Normalmente cuando me internaba solo por estos bosques en otras épocas del año siempre transitaba con la mosca tras la oreja, pues a principios del otoño de 2009 tuve un encuentro fortuito con un oso, aunque sin mayores consecuencias que un buen susto y otra anécdo

Joaquín Sabina tiene una canción que muchos conoceréis titulada "La del pirata cojo". En ella nos habla de lo que podríamos o pudiéramos haber sido en otras vidas, dimensiones o mundos paralelos. Alcapone en Chicago, Legionario en Melilla, pintor en Montparnasse, costalero en Sevilla, tabernero en Dublin... Pues bien, he tenido la oportunidad de ponerme en la piel de algunas de esas vidas durante ciertas etapas de la mía, pero la que sin duda más me hubiera gustado ser, es la de reportero de National Geograhic a mediados del siglo XX, ¿puede haber profesión más romántica que explorar el mundo con una cámara, viviendo aventuras, siendo testigo de grandes acontecimientos y pisar parajes lejanos y vírgenes? Estoy bastante familiarizado con la historia de National Geographic y los fotógrafos que trabajaron para esta revista "institución", y podía haber elegido cualquiera de ellos para el título de este blog personal, pero como soy algo romántico y fantasioso, he elegido