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Fotografiando tortugas gigantes en Galápagos: cara a cara con la historia

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     En el artículo anterior, ya comenté que fotografiar fauna en las Islas Galápagos es casi un regalo. Da igual si llevas una réflex, una compacta o un móvil: aquí, cualquier especie parece dispuesta a posar. Y si encima hablamos de alguna de las subespecies de galápagos gigantes, la cosa se convierte en un juego de niños. El galápago —o tortuga gigante— es, sin discusión, el icono del archipiélago. De hecho, fue este animal el que le dio nombre a las islas. Para verlas de cerca y disfrutar de su presencia, basta con visitar alguno de los centros de cría repartidos por las islas habitadas. En San Cristóbal está la Galapaguera (Centro de Crianza de Tortugas David Rodríguez); en Isabela, el Centro de Crianza de Tortugas de Pozo Villamil; y en Santa Cruz, lugares como el Rancho Primicias, el Rancho El Chato o la Estación Científica Charles Darwin. Además, no es raro encontrarlas en libertad durante algunas de las excursiones. Vamos, que si no ves una tortuga gigante en ...

Fotografiando iguanas marinas en Galápagos: cuando el mundo salvaje te ignora con confianza

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Caminar entre iguanas sin que se inmuten es una experiencia que te desarma. No estás invadiendo su espacio, estás dentro de él. Y en Galápagos, eso ocurre sin trucos, sin zoom extremo y sin esconderte tras una roca.      Desde que vi por primera vez el trabajo de Sebastião Salgado en su proyecto Génesis , supe que, tarde o temprano, acabaría viajando a las Islas Galápagos. Quería ver in situ esas maravillas que Darwin describió en sus diarios y que, siglos después, Salgado capturó con una maestría que roza lo sagrado. Las también llamadas Islas Encantadas —nombre que les dieron los navegantes del siglo XVI al toparse con su fauna y flora fantásticas— son, sin duda, el lugar donde más he sentido esa convivencia casi utópica entre el ser humano y el mundo animal. Para alguien como yo, que vive en España, donde para fotografiar a un zorro tienes que disfrazarte de arbusto, reptar durante horas y rezar para que no te multen por invadir una zona protegida, pasear por los mal...

Un año de pandemia en fotos (proyecto 365)

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 El 31 de diciembre de 2019 decidí empezar el nuevo año con uno de los proyectos personales más típicos (y temidos) en fotografía: el famoso 365 , una foto al día durante todo un año. Además de ser uno de los más populares, también es uno de los que más gente abandona por el camino. Y con razón: no todos los días te asalta la inspiración, ni el mundo se deja fotografiar con gracia. Y claro, fui a elegir el año perfecto para complicarme la vida. 2020. Confinamientos, miedo, semanas enteras encerrado entre cuatro paredes, sin más modelo que el gato o la cafetera. En marzo, el bicho me cazó y pasé mis buenos días de incertidumbre. En agosto, por si faltaba algo, hicimos una mudanza de ciudad. Resultado: el proyecto se tambaleó. Hubo días sin foto, otros en los que me salvaba el móvil y un poco de dignidad visual. Aun así, aquí va un repaso a mi 2020. Un resumen visual de algunos de esos días. No están todos, ni son necesariamente los mejores, pero sí son parte del camino.   ...

Lisboa: tranvías, pasteles de Belém... y su feria de estupefacientes.

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  Crónica de una escapada post-pandémica con cámara al hombro y ojos recién abiertos al mundo. ✈️ Volver a salir Después de una pandemia, confinamientos y demasiados meses contando los días desde el sofá, llegó el momento de salir. Pero salir de verdad. No al supermercado, no al parque del barrio. Hablo de coger una maleta, cruzar una frontera y volver a sentirse parte del mundo. Lisboa fue nuestra primera escapada después del parón global. Cercana, sí. Pero en ese momento, cualquier lugar al otro lado del mapa se sentía como otro planeta. 🏙 Lisboa sin filtros Fuimos sin grandes expectativas. Queríamos andar, mirar, probar cosas. Comer bien, dormir mejor y sentir que la vida, por fin, había vuelto a moverse. Y Lisboa se dejó querer: Calles empedradas que crujen historia, fachadas desconchadas con más dignidad que muchos monumentos, y un aire de ciudad que no pretende impresionar, pero lo consigue igual. 📸 Reaprender a mirar Después de tanto tiempo sin enfocar nada más allá del s...