5 de Junio - Día Mundial del Medio Ambiente.

El 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, ese día en el que todos compartimos frases bonitas, alguna foto de un bosque y seguimos consumiendo como si no hubiera un mañana. Este año, sin embargo, llega con una sombra larga: la muerte de Sebastião Salgado, el fotógrafo que convirtió el sufrimiento del mundo en arte, y el arte en conciencia.

Salgado no solo retrató la crudeza de la vida en las minas, el éxodo humano o la belleza intacta de la naturaleza en Génesis. Él fue mucho más allá del obturador. Junto a su esposa, Lélia Wanick Salgado —la otra mitad de este milagro—, fundó el Instituto Terra, un proyecto que suena casi a ficción: tomaron una tierra degradada, arrasada por la deforestación en el estado de Minas Gerais, y la convirtieron en un bosque renacido. Plantaron millones de árboles, devolvieron la vida a los manantiales y trajeron de vuelta especies que habían desaparecido. No fue un reportaje: fue una resurrección.

Mientras muchos fotógrafos se limitan a mirar, él actuó. Mientras otros se conforman con denunciar, él reparó. No es poca cosa: el tipo que nos mostró el apocalipsis también se arremangó para sembrar el paraíso.

Y ahora que nos ha dejado, justo en las puertas del Día del Medio Ambiente, su legado se vuelve más urgente que nunca. Porque sus imágenes siguen ahí, para recordarnos lo que estamos perdiendo. Pero también su bosque, verde y tercamente vivo, nos muestra que aún hay tiempo… si dejamos de hacer el idiota.

Focas junto a una colonia de pingüinos en las Islas Shetland del Sur. © Sebastiao Salgado / Amazonas Images


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