Fotografiar fauna desde escondites: ¿negocio o herramienta para la conservación?

 Siempre he pensado que la fotografía de fauna es una de las disciplinas más exigentes y a la vez más gratificantes que existen. Pero, reconozcámoslo: conseguir buenas fotos de animales en libertad no es fácil. Pasarse horas en el monte sin ver nada o, peor aún, encontrarse con fauna demasiado acostumbrada al ser humano, puede ser frustrante.

Por eso, los escondites gestionados por empresas han ganado popularidad en los últimos años. Y sí, al principio yo también fui de los que torcieron el gesto: "¿Pagar por hacer fotos de animales? ¡Eso no es fotografía de naturaleza!". Pero después de probarlos y entender bien su impacto, mi opinión cambió.

Si se hacen las cosas bien, los escondites no solo son una gran oportunidad para fotógrafos, sino que pueden beneficiar directamente a las especies que fotografiamos. Y sí, hay ejemplos que lo demuestran.


Águila Imperial Ibérica, Toledo,  febrero 2020
Nikon D-810, 400 mm. f/2.8
Apertura f/4 Obturación 1/800s. ISO 640


1. Si molestamos menos, la fauna vive mejor

Una de las mayores ventajas de los escondites bien gestionados es que reducen la presión humana sobre la fauna. En lugar de que los fotógrafos anden de un lado a otro intentando acercarse a los animales, lo que puede alterar su comportamiento o incluso provocar que abandonen ciertas áreas, los hides permiten que los fotógrafos estén en un solo punto, ocultos y sin interferir en su vida diaria.

Si el escondite está bien ubicado y diseñado, los animales ni siquiera saben que estamos allí. Esto significa que podemos obtener imágenes espectaculares sin provocar estrés ni modificar sus rutinas.


Carraca europea, Toledo,  junio 2018
Nikon D-810, 400 mm. f/2.8
Apertura f/4 Obturación 1/1250s. ISO 200


2. Apoyo a la conservación y mantenimiento de hábitats

Cuando una empresa gestiona un escondite de forma responsable, no solo ofrece una experiencia fotográfica, sino que invierte en la protección del entorno y las especies. Muchos de estos escondites se encuentran en fincas privadas o en terrenos donde se realizan programas de recuperación de hábitats, reforestación o control de especies invasoras.

Además, en algunos casos, parte del dinero recaudado se destina directamente a proyectos de conservación. Es decir, que al pagar por el uso del escondite, estamos contribuyendo activamente a la protección de la fauna.


Posadero de Carraca desde dentro del escondite, Toledo,  junio 2018



3. Alimentación suplementaria bien gestionada: un arma de doble filo

Aquí toca hablar de un tema delicado: la alimentación suplementaria. Muchos escondites utilizan comida para atraer a ciertas especies y garantizar la presencia de animales ante las cámaras. Y sí, esto puede ser un problema si se hace sin control.

Si la alimentación es excesiva, inadecuada o se suministra de forma constante, los animales pueden volverse dependientes, perder su instinto de caza o, peor aún, volverse vulnerables a depredadores o cazadores furtivos.

Pero cuando se hace bien –siguiendo criterios científicos y en momentos donde realmente es necesaria, como en invierno o en épocas de escasez–, puede ser una herramienta positiva. Muchas especies amenazadas han encontrado en estos puntos de alimentación una ayuda para sobrevivir en entornos cada vez más difíciles.


Milano real, Madrid,  mayo 2020
Nikon D-810, 400 mm. f/2.8 + TCx2 (800 mm.)
Apertura f/8 Obturación 1/2000s. ISO 1400


4. Menos furtivismo, más control sobre la fauna

Otro aspecto que no siempre se menciona es que, en muchas zonas, la presencia de escondites y fotógrafos reduce el furtivismo. Un monte donde hay fotógrafos entrando y saliendo cada día es un lugar mucho menos atractivo para quien quiere hacer cosas que no debería.

Además, los gestores de escondites suelen tener un control bastante preciso sobre los animales que frecuentan la zona, lo que permite detectar si una especie está disminuyendo, si hay indicios de enfermedades o si aparece algún individuo herido.


Preparativos de una sesión de rapaces, Madrid,  mayo 2020


5. Un código ético que todos deberíamos seguir

Aquí es donde entra en juego el Código de Buenas Prácticas de AEFONA (Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza). Este código establece principios fundamentales para garantizar que la fotografía de naturaleza no se convierta en un problema para la fauna.

Algunas de sus reglas más importantes son:

  • Respetar siempre la distancia de seguridad con los animales.
  • No alterar su comportamiento ni intervenir en su hábitat.
  • Evitar la alimentación incontrolada o el uso de cebos vivos.
  • No molestar a especies en épocas críticas, como la cría o la migración.

Un escondite gestionado bajo estas normas no solo es una excelente herramienta para el fotógrafo, sino que garantiza que la actividad sea sostenible y beneficiosa para la fauna.




Conclusión: sí, los escondites pueden ser una buena opción (si se hacen bien)

He probado escondites en distintas zonas de España y, aunque he visto de todo, cuando las cosas se hacen bien, la experiencia es increíble. Fotografiar un águila real o un lince ibérico en libertad, sin interferir en su vida ni causarles molestias, es una sensación que pocos pueden describir.

¿Es mejor fotografiar fauna sin escondites? Depende. Si tienes el tiempo, los conocimientos y el acceso a zonas donde puedas hacerlo sin molestar a los animales, adelante. Pero para la mayoría de los fotógrafos, los escondites ofrecen una oportunidad única de capturar imágenes espectaculares sin dañar la naturaleza.

Eso sí, como fotógrafos, tenemos la responsabilidad de elegir bien dónde y con quién trabajamos. Si un escondite alimenta a los animales de manera irresponsable, altera sus ciclos naturales o simplemente busca negocio sin importar el impacto ambiental, lo mejor que podemos hacer es no apoyar ese tipo de prácticas.

Porque, al final, la fotografía de naturaleza debería ser una herramienta para la conservación, no una amenaza. Y si los escondites bien gestionados pueden ayudar a proteger las especies que tanto nos gusta fotografiar, entonces bienvenidos sean.

Postdata: Me niego a utilizar el anglicismo "hide" por escondite.

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