Playa de Barrika y su cola de dragón.
En el mundillo de la fotografía española hay lugares que son como viejos conocidos. Rincones emblemáticos que, por una extraña mezcla de belleza y rutina, todo aficionado acaba retratando tarde o temprano, con encuadres sospechosamente parecidos, cuando no idénticos. Es inevitable, supongo. Alguien, alguna vez, disparó allí una foto memorable, la compartió, se hizo famosa, y desde entonces todos buscamos repetir la jugada, con la secreta ambición de hacerlo mejor que el original. Vanidad humana, ya saben.
Ayer mismo, de paso por la playa de Barrika al atardecer, decidí no romper con esta tradición fotográfica. Y allí estaba, claro, esa formación geológica llamada con notable imaginación "cola de dragón". Llegué deprisa, con escaso tiempo y demasiado equipaje: trípode, filtros, y unas botas altas que resultaron tan útiles como un cenicero en una moto, inundándose con la primera ola. Para añadir más pimienta al asunto, coincidí con otro fotógrafo en plena faena. Y aunque charlar un rato sobre encuadres y técnicas tiene su encanto, lo cierto es que, con gente alrededor, termino más pendiente de no molestar que de mi propia fotografía.
Finalmente, entre equilibrios, olas traicioneras y filtros resbaladizos, conseguí lo que había venido a buscar. Hice dos fotos relativamente sencillas, apoyado en la técnica clásica: filtro DN de 10 pasos para prolongar la exposición, degradado duro de 3 pasos para controlar el cielo rebelde, y un Coral stripe olvidado en la mochila para dar fuerza al naranja del sol; probablemente, reconozco, este último sobró. Enfoqué a la hiperfocal, calculé mentalmente los tiempos de exposición —no me quedaba otra, porque el disparador remoto decidió quedarse sin pilas en el peor momento—, y apreté el botón con cierta resignación, consciente de que, una vez más, mi versión se sumaría a otras cientos casi idénticas.
Guardé la cámara con una sonrisa irónica, asumiendo que aquel ritual, repetido y algo absurdo, forma parte inevitable del oficio. Quizá, después de todo, lo importante no sea hacer una fotografía diferente, sino tener la decencia de contarla bien.
![]() |
Cola de dragón, Playa de Barrika, mayo 2022 Nikon D-810, Sigma 24 mm. f/1.4 Apertura f/16 Obturación 216 s. ISO 64 filtros nd 10 pasos, degradado duro 3 pasos y Coral tripe. |
![]() |
Puesta de sol en Playa de Barrika, mayo 2022 Nikon D-810, Sigma 24 mm. f/1.4 Apertura f/11 Obturación 62 s. ISO 64 filtros nd 10 pasos, degradado duro 3 pasos y Coral tripe. |
![]() |
En plena faena, mayo 2022 iPhone 8 (fotografía tomada por Tensy) |