La ceremonia budista del Tak Bat
El Tak Bat es una ceremonia budista con más de 600 años de antigüedad. Aunque se celebra en todo Laos, es en Luang Prabang donde realmente impresiona. Allí, más que un ritual, parece una coreografía de devoción a medio camino entre lo sagrado y lo cotidiano.
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Ceremonia del Tak Bat, Luang Prabang, Laos, octubre 2019 Nikon D-750, Sigma 105 mm. f/2.8 Apertura f/2.8 Obturación 1/100s. ISO 3200 |
¿Y qué es exactamente el Tak Bat?
Los monjes budistas hacen voto de pobreza para entregarse por completo a la oración y la meditación. En su camino hacia el Nirvana —que no incluye bienes materiales, ni siquiera Wi-Fi— solo cuentan con lo justo: una túnica, una aguja de coser, un cuenco llamado patta y poco más. Así que dependen por completo de la generosidad de los fieles para alimentarse.
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Lugareños esperando a los monjes, Luang Prabang, Laos, octubre 2019 Nikon D-750, Sigma 105 mm. f/2.8 Apertura f/2.8 Obturación 1/80s. ISO 6400 |
En Luang Prabang, y en muchos otros pueblos de Laos, la gente se levanta antes del amanecer para preparar la comida que ofrecerá a los monjes como muestra de gratitud por su labor espiritual. A cambio, los devotos obtienen buen karma, una especie de saldo positivo que, según se dice, les será útil en esta vida y en las próximas. Por si acaso, mejor ir acumulando.
Cada mañana, entre las 06:00 y las 07:00, los monjes salen en silencio de sus monasterios y recorren las calles de la ciudad. No mendigan, simplemente reciben. Esa será su única comida del día.
Los vecinos los esperan frente a sus casas, de rodillas sobre una alfombra, con las ofrendas preparadas. A cada uno le entregan un pequeño donativo —arroz, fruta, dulces— y a cambio reciben una bendición o una breve oración. Un gesto humilde, pero poderoso.
También hay quienes no tienen nada, ni siquiera para sí mismos, y se colocan al final del recorrido. Los monjes, en un giro inesperado del ciclo de la generosidad, comparten con ellos parte de lo recibido. Dar, incluso cuando apenas se tiene. Otro tipo de riqueza.
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Ceremonia del Tak Bat, Luang Prabang, Laos, octubre 2019 Nikon D-750, Sigma 105 mm. f/2.8 Apertura f/2.8 Obturación 1/80s. ISO 3200 |
Y ahora viene la parte menos edificante: el turismo.
En los últimos años, la ceremonia se ha convertido en una atracción más, como quien va a ver un desfile de carnaval, pero sin entender nada. Algunos turistas se plantan con sus cámaras a un palmo de los monjes, interrumpen, hablan, se hacen selfies... desvirtuando por completo la esencia del ritual.
Por eso, si vas a presenciar el Tak Bat, hay unas normas básicas de respeto que no cuestan tanto seguir:
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Si no eres budista, no hagas ofrendas. Observa y aprende.
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Viste con respeto: nada de hombros ni piernas al aire. Esto no es la playa.
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No mires fijamente a los monjes ni los toques. No están ahí para tu iluminación espiritual exprés.
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Si vas a hacer fotos, mantente a distancia, sin flash, y con discreción. La ceremonia no es un decorado para tu Instagram.
En resumen: sé invisible. Y si no puedes serlo, al menos no seas un estorbo.
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Ceremonia del Tak Bat, Luang Prabang, Laos, octubre 2019 Nikon D-750, Sigma 105 mm. f/2.8 Apertura f/2.8 Obturación 1/100s. ISO 3200 |
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Ceremonia del Tak Bat, Luang Prabang, Laos, octubre 2019 Nikon D-750, Sigma 105 mm. f/2.8 Apertura f/2.8 Obturación 1/100s. ISO 3200 |