Rocamadour, un pueblo en la roca.
La cima de Rocamadour se alza majestuosa sobre las aguas del río Alzou en el suroeste de Francia. En su cumbre, como un diamante incrustado en la roca caliza, se encuentra una ciudad que ha sido venerada durante siglos como lugar de peregrinación. Este enclave sagrado es un remanso de paz y espiritualidad que ha resistido el paso del tiempo. Sus capillas, iglesias y santuarios, como la Capilla de Notre-Dame, la Iglesia de Saint-Sauveur y la Iglesia de Saint-Amadour, son testigos del patrimonio religioso y cultural que atrae a peregrinos de todo el mundo. Desde su imponente ubicación, el castillo de Rocamadour domina la ciudad y los paisajes circundantes, otorgando una vista panorámica de los valles y los montes. Además, los museos que se encuentran en sus recintos, muestran la historia y la cultura de la región, llevando al visitante en un viaje a través del tiempo. Finalmente, no se puede mencionar Rocamadour sin hablar de su famoso queso de cabra, que ha sido elaborado en la región d